lunes, 5 de mayo de 2008

Unas por otras


Qué padre ser de una nacionalidad y hacer una película padre sobre alguien de otro país.

El abuelo Monster nunca tuvo su revolución. A lo más que llegó fue a su programa de radio, porque la candidatura al gobierno de Nueva York no parece haber juntado suficientes firmas, muy a pesar de su popularidad como el más viejo de una de las familias más excéntricas de la tele gringa. Pero, orgulloso, pudo representar este personaje, uno de los ancianos más contraculturales que jamás se ha visto ("No puedo andar por la vida apareciendo ante la gente como el abuelo de cualquier familia típica americana").

El cine documental no es tanto un género como una metodología cinematográfica. Supuestamente se compromete con alguna verdad, y sus elementos dependen del curso real de lo que se filma, casi siempre.

Afortunadamente, existen algunos cineastas que deciden hacer documental concientes de las posibilidades expresivas de tal metodología. Sí, debe ser más cercana a nuestra idea de lo real que la ficción, pero puede valerse de todo aquello real que puede darle forma a aquella verdad que, supuestamente, se quiere demostrar. Yo soy de los que prefieren no diferirlo de la ficción en cuanto al uso de los elementos del cine, solamente en cuanto a metodología se trata.

Realizada por un crew más gachupín que otra cosa, motivada aparentemente por un deseo de exponer la poco conocida conciencia política del de por sí poco recordado Al Lewis, Goodbye America hace recuento de los fascismos republicanos y demócratas ejercidos por los gringos desde la segunda guerra y hasta después de la guerra fría, mientras el legendario abuelo Monster recibe pincelazos de maquillaje al prepararse para un show de terror (otro show de terror).

La realidad de esa sesión de maquillaje transporta la película a una serie de archivos que reconstruyen las memorias del abuelo Lewis, lúcido y contestatario como siempre. Las contradicciones políticas del mundo moderno adquieren sentido mediante la particular visión de un personaje que en esta ocasión no actúa.

Poquitos documentales actuales tienen tanta coherencia de contenido y elocuencia cinematográfica como éste. En épocas globalizadas, en las que un grupo de españoles hacen una película sobre un gringo para hablar de una partecita de las contradicciones políticas del mundo, películas como ésta llaman mucho la atención.

Padre padre, y disponible en el foro de su cineteca nacional favorita.

2 comentarios:

sirako dijo...

bien ya quiero verlo.

mientras bailo.

Anónimo dijo...

pff es el abuelo monster, ahí que ir...